Hay pocas cosas más necesarias en un viaje que una toalla. Me refiero en un viaje de verdad, de esos en los que no sabes bien dónde vas a dormir en los próximos días; obviamente, en escapadas de fin de semana a hotel en el centro de la ciudad o viaje organizado con paradas programadas en hotel estipulado de antemano, no suele ser necesario llevar una toalla porque los hoteles suelen poner una a tu disposición.
La toalla es un objeto personal e intransferible (a nadie le gusta secarse con una toalla ya húmeda, y para mucha gente es algo impensable si está usada por otra persona). A mí, personalmente, me da igual compartirla... Además en muchas ocasiones tiene un volumen considerable, lo que hace importante tener en cuenta varios detalles en su elección.
En primer lugar el uso que vamos a hacer de ella. Los usos principales en nuestra sociedad para una toalla son: secarse después del baño y ejercer de barrera entre nuestra piel y el suelo (especialmente la arena de la playa). Si únicamente se quiere para secarse, puede reducirse mucho el tamaño de la toalla, pero en verano conviene aprovechar que las prendas de ropa son más ligeras y no hay que acarrear anoraks ni abrigos, y coger una que permita extenderla al menos debajo de todo nuestro tronco y cabeza. Ya veremos otros usos más adelante...
También hay que tener en cuenta el equipaje que vamos a llevar, puesto que una toalla puede ocuparnos un considerable volumen.
Las diferentes opciones son:
Toalla playera |
a) toalla de rizo (la típica de toda la vida). Es la que mejor seca, y se creía hasta hace poco que las compradas en la vecina Portugal tenían propiedades especiales, por lo que generaciones de españoles han viajado a Portugal ex-profeso a comprar toallas de algodón. Yo he tenido alguna comprada justo al otro lado de la frontera y la verdad es que me dio buen resultado. Bueno, vayamos a lo concreto. Tenemos dos modalidades bien diferenciadas: la toalla de baño (generalmente en un sólo color o con motivos florales, blanca o en tonos pastel, con bordados ocasionales) y con gran rango de tamaños aunque generalmente dimensiones menores a 120cm x 70cm; en cambio, la toalla de playa o piscina (con multitud de diseños que abarcan desde deportes y escenas náuticas, hasta cualquier personaje de cómic y TV imaginable) suele tener un mayor tamaño, pudiendo superar los 2m de longitud y 1m de ancho. Como ventaja adicional, las toallas de rizo aíslan muy eficientemente de la arena, que en verano suele estar excesivamente caliente en muchas de las playas. Sin embargo, en su contra apuntar que son bastante voluminosas y tardan en secarse.
Toalla de microfibras |
b) toalla de microfibras. Esta reciente innovación surgió inicialmente para aquellos viajeros que optaban por la acampada como forma de alojamiento. Es ligera, de reducido volumen y de secado rápido. Con esas características, no tardó en ser descubierta y adoptada por los viajeros low-cost. Se puede adquirir en tiendas especializadas en deportes de montaña y la hay en muchos colores aunque generalmente son de un único color. Bastante más caras que las anteriores, especialmente cuando quieres un tamaño grande para su uso aislante. Las de marcas como Altus o The North Face son las de mayor calidad, pero tienen su versión económica en tiendas como Decathlon con un excelente relación calidad/precio. Como detalle, suelen venir con una pequeña bolsa de malla que permite colgarlas fuera de la mochila para su secado durante la marcha. Secan muy bien, aunque no tienen tanto poder aislante y en verano en alguna playa muy soleada aún notas la arena ardiente a través de ellas.
Luego ya vienen las toallas con bolsillos, las toallas que se doblan sobre sí mismas y se convierten en una bolsa de playa... La elección no depende sólo de las necesidades de cada viajero, porque para mucha gente, las toallas de microfibras no tienen tacto de toalla y por lo tanto, les generan un cierto rechazo. ¿Cuáles son las que más os gustan a vosotros?
¿Y por qué escribo hoy sobre las toallas...?
"La Guía del Autoestopista Galáctico dice que una toalla es el objeto de mayor utilidad que puede poseer un autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico: uno puede abrigarse con ella para mientras viaja por las lunas frías de Jaglan Beta; se puede tumbar uno sobre ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V, mientras aspira los vapores del Mar Embriagador; se puede uno cubrir con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo sobre el desierto de Kakrafoon; se puede usar como vela en una balsa diminuta para navegar por el profundo y lento río Moth; si la mojas, puede emplearse en la lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la Voraz Bestia Bugblatter de Traal (un animal tan sorprendentemente estúpido, que supone que si tú no puedes verlo a él, él tampoco te puede ver a ti); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia.
Y lo que es más importante: una toalla tiene un enorme valor psicológico. Por alguna razón, si un estraj (estraj: no autoestopista) descubre que un autoestopista lleva su toalla consigo, automáticamente supondrá que también está en posesión de cepillo de dientes, toallita para lavarse la cara, jabón, lata de galletas, cantimplora, brújula, mapa, rollo de cordel, spray antimosquitos, chubasquero, traje espacial, etc. Además, el estraj prestará con mucho gusto al autoestopista cualquiera de dichos artículos o una docena más que el autoestopista haya «perdido» por accidente. Lo que el estraj pensará, es que cualquier hombre que haga autoestop a todo lo largo y ancho de la galaxia, pasando calamidades, divirtiéndose en los bajos fondos, luchando contra tremendas adversidades, saliendo sano y salvo de todo ello, y continúe sabiendo dónde está su toalla, es sin duda un hombre a tener en cuenta."
Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams
Toalla de homenaje a Douglas Adams, con la inscripción "DON'T PANIC" que ilustra la portada de la Guía del Autoestopista Galáctico |
Un post de Miguel